El 16 de noviembre fue instituido por la Organización de
las Naciones Unidas (ONU) como el Día Internacional de la Tolerancia. Esta es
una de las muchas medidas de la ONU en la lucha contra la intolerancia y la no
aceptación de la diversidad cultural.
Hoy he querido escribir un poco sobre este tema, ya que durante
los últimos meses he escuchado mucho sobre esta palabra. Son numerosos grupos los
que salen a las calles a protestar y exigirla. Se habla de que no debe existir
ya en pleno siglo XXI mas intolerancia. Pero me confunde mucho, al ver un grupo
de personas exigir tolerancia, y al mismo tiempo insultan, denigran, rechazan y
persiguen a aquellos que no piensan igual que ellos. Y me pregunto entonces, ¿Qué
es tolerancia?
Según puede investigar en Internet, la tolerancia se
refiere a la acción y efecto de tolerar. La palabra proviene del latín tolerantĭa, que significa “cualidad de
quien puede aguantar, soportar o aceptar” Como tal, la tolerancia se basa en el
respeto hacia lo otro o lo que es diferente de lo propio, y puede manifestarse
como un acto de indulgencia ante algo que no se quiere o no se puede impedir, o
como el hecho de soportar o aguantar a alguien o algo.
Entonces, la tolerancia es un valor moral que implica el respeto íntegro hacia el otro, hacia sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de que choquen o sean diferentes de las nuestras. En este sentido, la tolerancia es también el reconocimiento de las diferencias inherentes a la naturaleza humana, a la diversidad de las culturas, las religiones o las maneras de ser o de actuar. En otras palabras, una persona tolerante puede aceptar opiniones o comportamientos diferentes a los establecidos por su entorno social o por sus principios morales.
La importancia de la tolerancia radica en la posibilidad
que nos otorga de convivir en un mismo espacio con personas de diferentes
culturas o con diferentes creencias. La tolerancia es la que nos permite vivir
en armonía en un mismo país con personas que profesan diferentes religiones,
que apoyan otras tendencias políticas, que poseen una condición sexual
diferente, etc.
Edmund Burker, el político y escritor Irlandés afirmo “Hay un límite en que la tolerancia deja de
ser virtud”, y es que, una de las mayores dificultades en torno al
ejercicio de la tolerancia, es encontrar el punto en el que ya no hay que
tolerar. En otras palabras, se trata de la dificultad de establecer el límite
entre lo tolerable y lo intolerable. Tal es la dificultad de esto, que se ha
constituido como un verdadero problema de índole filosófico. ¿Dónde está el límite
de la tolerancia? ¿Por qué algunos la confunden con algo más que el simple
respeto?
Pensando en esto, decidí hacer mi lista de cosas que las
personas no deben confundir con mi tolerancia.
No confundas
mi tolerancia con aceptación; te respeto y no te persigo, pero me reservo la
prerrogativa de rechazar tu postura porque no me convencen tus argumentos.
No confundas
mi tolerancia con permisividad; tengo el deber de no consentir ni permitir la transgresión
de la moral, pues respeto a todas las personas, pero no todas las opiniones o
comportamientos.
No confundas
mi tolerancia con conformismo; tengo derecho a aspirar y buscar algo mejor que la filosofía de vida que me ofreces.
No confundas
mi tolerancia con debilidad o con falta de carácter; el hecho de que respete tu
opinión y tu vida y te aclare los límites de mi tolerancia te demuestran cuánta
resolución y vigor puedo tener.
No confundas
mi tolerancia con involucramiento; el que te permita la libertad de hacer con
tu vida lo que quieras, no me obliga a ser parte de ella.
No confundas
mi tolerancia con sumisión; te respeto pero no significa que me someta a tu
criterio porque pienses que eres mejor o tienes la razón.
No confundas
tolerancia con indolencia; cada día lucho por ser diligente y aplicado en mis
responsabilidades, lucho por entender y aprender mejor, y me duele el
sufrimiento en este mundo.
No confundas
tolerancia con asentimiento; el que tengas mi respeto no significa que deba
aprobar y estar de acuerdo en lo que profesas y vives.
No confundas
mi tolerancia con complicidad; aunque te respete, tengo derecho a limitar y
combatir tus acciones cuando estas lastimen a los demás.
No confundas
mi tolerancia con indiferencia; pues amo a Dios y a mis prójimos y no pudo
permitir que nada ni nadie les perjudique.
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Copyright © Todos los Derechos Reservados. 2015
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Felicitaciones compañero, Dios pueda dirigir ver pensamientos y alineados con Su Palabra, este Blog, pueda ser de gran bendición para cada navegante, que el cielo te dirija.
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