lunes, 16 de noviembre de 2015

LOS LIMITES DE LA TOLERANCIA

El 16 de noviembre fue instituido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como el Día Internacional de la Tolerancia. Esta es una de las muchas medidas de la ONU en la lucha contra la intolerancia y la no aceptación de la diversidad cultural. 

Hoy he querido escribir un poco sobre este tema, ya que durante los últimos meses he escuchado mucho sobre esta palabra. Son numerosos grupos los que salen a las calles a protestar y exigirla. Se habla de que no debe existir ya en pleno siglo XXI mas intolerancia. Pero me confunde mucho, al ver un grupo de personas exigir tolerancia, y al mismo tiempo insultan, denigran, rechazan y persiguen a aquellos que no piensan igual que ellos. Y me pregunto entonces, ¿Qué es tolerancia?

Según puede investigar en Internet, la tolerancia se refiere a la acción y efecto de tolerar. La palabra proviene del latín tolerantĭa, que significa “cualidad de quien puede aguantar, soportar o aceptar” Como tal, la tolerancia se basa en el respeto hacia lo otro o lo que es diferente de lo propio, y puede manifestarse como un acto de indulgencia ante algo que no se quiere o no se puede impedir, o como el hecho de soportar o aguantar a alguien o algo.

Entonces, la tolerancia es un valor moral que implica el respeto íntegro hacia el otro, hacia sus ideas, prácticas o creencias, independientemente de que choquen o sean diferentes de las nuestras. En este sentido, la tolerancia es también el reconocimiento de las diferencias inherentes a la naturaleza humana, a la diversidad de las culturas, las religiones o las maneras de ser o de actuar. En otras palabras, una persona tolerante puede aceptar opiniones o comportamientos diferentes a los establecidos por su entorno social o por sus principios morales.

La importancia de la tolerancia radica en la posibilidad que nos otorga de convivir en un mismo espacio con personas de diferentes culturas o con diferentes creencias. La tolerancia es la que nos permite vivir en armonía en un mismo país con personas que profesan diferentes religiones, que apoyan otras tendencias políticas, que poseen una condición sexual diferente, etc.

Edmund Burker, el político y escritor Irlandés afirmo “Hay un límite en que la tolerancia deja de ser virtud”, y es que, una de las mayores dificultades en torno al ejercicio de la tolerancia, es encontrar el punto en el que ya no hay que tolerar. En otras palabras, se trata de la dificultad de establecer el límite entre lo tolerable y lo intolerable. Tal es la dificultad de esto, que se ha constituido como un verdadero problema de índole filosófico. ¿Dónde está el límite de la tolerancia? ¿Por qué algunos la confunden con algo más que el simple respeto?

Pensando en esto, decidí hacer mi lista de cosas que las personas no deben confundir con mi tolerancia.

No confundas mi tolerancia con aceptación; te respeto y no te persigo, pero me reservo la prerrogativa de rechazar tu postura porque no me convencen tus argumentos.

No confundas mi tolerancia con permisividad; tengo el deber de no consentir ni permitir la transgresión de la moral, pues respeto a todas las personas, pero no todas las opiniones o comportamientos.

No confundas mi tolerancia con conformismo; tengo derecho a aspirar y buscar  algo mejor que  la filosofía de vida que me ofreces.

No confundas mi tolerancia con debilidad o con falta de carácter; el hecho de que respete tu opinión y tu vida y te aclare los límites de mi tolerancia te demuestran cuánta resolución y vigor puedo tener.  

No confundas mi tolerancia con involucramiento; el que te permita la libertad de hacer con tu vida lo que quieras, no me obliga a ser parte de ella.

No confundas mi tolerancia con sumisión; te respeto pero no significa que me someta a tu criterio porque pienses que eres mejor o tienes la razón.

No confundas tolerancia con indolencia; cada día lucho por ser diligente y aplicado en mis responsabilidades, lucho por entender y aprender mejor, y me duele el sufrimiento en este mundo.

No confundas tolerancia con asentimiento; el que tengas mi respeto no significa que deba aprobar y estar de acuerdo en lo que profesas y vives.

No confundas mi tolerancia con complicidad; aunque te respete, tengo derecho a limitar y combatir tus acciones cuando estas lastimen a los demás.

No confundas mi tolerancia con indiferencia; pues amo a Dios y a mis prójimos y no pudo permitir que nada ni nadie les perjudique. 


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