MUCHO HABLAR, POCO PENSAR Y NADA DE HACER
Si me pidieran que resumiera en
una sola oración a la sociedad actual, seria esta, “Mucho hablar, poco pensar y
nada de hacer”. Y es que en
estas tres acciones se resume lo que la gran mayoría de nosotros hacemos frente
a la vida, son las cualidades que nos distinguen a casi todos.

Aparte de hablar, todos nosotros
dedicamos poco tiempo a pensar. Hablamos sobre lo malo pero no nos detenemos a
considerar o discurrir un asunto, a reflexionar, examinar con cuidado los
problemas para formarnos un juicio u opiniones correctas. Y me resulta
interesante ver que la palabra pensar viene Del latin pensāre, y también expresa
pesar o calcular. No pensamos, no calculamos ni pesamos las cosas, no
reflexionamos sobre ellas para poder entenderlas y buscarles una buena
solución. Porque, cada vez que hablamos no expresamos nuestras ideas sino que
repetimos las ideas de otros.
Y por si fuera poco, no hacemos
nada. No me mal entiendan, no hay nada de malo en hablar, solo que la gran
mayoría de nosotros nos limitamos a eso. Vemos alguna injusticia, hablamos
mucho de ella, pensamos poco para entenderla y buscar una solución real, y al
final no hacemos nada al respecto. No
producimos soluciones, no ejecutamos ni ponemos por obra una acción con la cual
demos una resolución a los problemas.
Creo que si me pidieran que
resumiera a la sociedad actual esa sería mi frase, “Mucho hablar, poco pensar y nada
de hacer”. Pero si me pidieran que en una frase resumiera mi ideal de
lo que debería ser la sociedad diría que seria, “Mucho hacer, bastante pensar y
poco habar”.